Limpieza


Una de las cosas a las que me dediqué este fin de semana largo (a parte de estudiar y comer a borbotones) es hacer una limpieza rapidísima a mi cuarto, aquellas 4 paredes lilas que guardan un montón de cachivaches, anécdotas y han sido testigos de un montonón de cosas.

Bueno, mi cuartito quedó lindo (al menos limpio) ....y cuando estaba parada en la puerta contemplando mi trabajo bien hecho, empecé a pensar y a volar...

Si usted, querido lector entraba en ese momento, le hubiera gustado lo reluciente que se veía, pero...¡Cuidado! no se atreva a buscar bajo la cama o abrir el ropero y menos piense en buscar en los cajones del escritorio, no!, no! ya que si lo hace -pero advertido ya está- puede ahogarse en el mar de cosas que se guardan ahí.

Así que me puse a pensar...¿Cuántas veces hemos sido como ese cuarto limpio, atractivo a la vista, pero que por dentro somos una maraña de cosas, pensamientos y cachivaches? ¿Alguna vez llegaremos a conocer esos cachivaches de los demás?

Podemos ser muy lindos a la vista, pero nunca sabemos que cosas escoden los demás, cuál es la historia detrás de los cachivaches y las telarañas propias.

Por eso, nunca creas lo que ves.

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