El sábado pasado, me fui de shopping, y a donde más que al lugar indicado, tanto para la tranquilidad de los bolsillos de mis padres como para la distracción de la vista.... a Gamarra. Así como en el Islamismo que se debe ir a la Meca por lo menos una vez en la vida; si lo pasamos a la religión consumista y ahorrativa seria casi una obligación ir por lo menos una vez a Gamarra, el emporio comercial.
Hasta aquí todo es color de rosa, la cantidad de productos para todos los gustos, y el precio para todos los bolsillos; se venden desde telas, ropa interior, ropa, jeans, ropa de bebe y un largo, etc. Además si somos nacionalistas o queremos apoyar a la industria peruana, esa seria una muy buena excusa para ir.
Mi travesía comenzó a las 10 a.m, la gran duda fue, ¿donde nos deja el taxi?, un lugar donde no exista mucho tráfico, ni mucha gente, que este resguardado y que este limpio, eso fue mucho pedir. Mientras el carro avanzaba, las calles aledañas me mostraban su mejor cara posible, y entre ellas la estrella: la calle Renovación.
Después de pasar por esas calles, llegamos a nuestro destino; era aún un poco temprano y no había el mar de gente que me había imaginado, pero lamentablemenmte encontré a mi paraiso prometido convertido en una calle después de año nuevo. Lástima.
Lástima por que a pesar de ser un sitio que da buenos precios, buena calidad, no podemos decir de la seguridad ni de la limpieza, y cuando hablo de seguridad me refiero a la de las galerías como la de las calles aledañas. Es lamentable por que Gamarra no solo lo visitan los peruanos, sino también es muy conocida por los extranjeros, que conociendo las 3B Bueno, Bonito, Barato, hacen de Gamarra una parada obligada en su tour limeño.
Tenemos potencial, pero nos falta, no seamos egoístas
